Una situación de tensión se vive a nivel mundial, luego que el pasado 13 de abril el presidente de los Estados Unidos Donald Trump ordenara bombardeos de precisión contra una base militar en Siria.
La ofensiva, que contó con el apoyo militar de los gobiernos de Francia y Reino Unido, fue sustentada como una forma de retaliación a un presunto ataque perpetrado días atrás por el régimen de Siria, sobre la población de Duma que cobró la vida de más de 80 personas y que según se ha señalado, habría incluido el uso de armas químicas.
Precisamente, el blanco del bombardeo fue la base de Homs, donde habría sido desplegado el ataque a los grupos de rebeldes en Duma y se mantendrían preservado parte del armamento químico controlado por las fuerzas del presidente sirio, Bashar al-Ásad
“El propósito de nuestras acciones es establecer un fuerte elemento de disuasión contra la producción, distribución y uso de armas químicas”, afirmó Trump en rueda de prensa.
Rusia e Irán, aliados fundamentales del gobierno sirio, calificaron la ofensiva de Trump como una agresión brutal a la soberanía territorial como principio básico en la edificación del sistema internacional contemporáneo. Asimismo, negaron la existencia de pruebas sobre el uso de armamento químico por parte de Siria.
Por su parte, Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa indicó que su nación tiene las capacidades para repeler cualquier tipo de agresión y provocación que venga desde Washington.
La gravedad de los bombardeos radica en que es la segunda vez que la administración Trump interviene en la guerra civil en Siria. Previamente el gobierno de Barack Obama desplegó acciones ofensivas, pero únicamente dirigidas a tropas Estado Islámico.
“Obama era reacio a dar ese paso al menos sin aprobación del Congreso, dado que decidió no atacar al régimen del presidente sirio Bashar al-Ásad en el 2013, tras un ataque químico que cruzó su llamada “línea roja”. Pero Obama sí lanzó ataques aéreos sobre Siria un año después, cuando Estados Unidos comenzó una campaña militar en contra de ISIS en Iraq y Siria”, señaló CNN en un articulo que recapitula las diferencias sustanciales entre los ataques de precisión de Trump, con los de su antecesor.
Todo indica que esto no será parte de la solución de un conflicto que ya completa siete años, por el contrario, luce como un factor que vuelve más complejo el panorama para Oriente Próximo. Lo que comenzó como un conflicto interno ha trascendido hacia un ring de boxeo geopolítico que incluye a más de diez actores, algunos de ellos no estatales.
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*BEYOND
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