De acuerdo con un comunicado difundido en los últimos días, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) informó que llevará a cabo una jornada de “paro armado en todo el territorio nacional”, el cual empezará a regir entre las 6 de la mañana del próximo viernes 14 de febrero y las 6 de la mañana del lunes 17 del mismo mes.

Debido al reciente incremento de las acciones ofensivas por parte de la guerrilla en algunas regiones en particular y el distanciamiento de cualquier posibilidad de negociación política, existe un alto grado de probabilidad que en algunos rincones del país se puedan presentar diferentes contingencias.

¿Dónde se focaliza el riesgo?

Según el comunicado, el alcance del “paro armado” será nacional y si bien es perfectamente posible que se puedan presentar repercusiones en distintas zonas, resulta imperativo aterrizar el riesgo con base en las capacidades del grupo insurgente, pero sobre todo con respecto a tres variables: (1) zonas históricas y recientes de operación, (2) distribución geográfica de las acciones hostiles en los últimos años y (3) antecedentes de paro armado perpetrados por el ELN.

1) En este orden de ideas, las zonas con presencia histórica de los elenos y donde aún mantienen operación son:

2) Lo segundo que es determinante resaltar, es el comportamiento militar de este grupo insurgente en los años más recientes. De acuerdo con un informe de la Fundación Ideas Para la Paz titulado ¿Qué hacer con el ELN?, las acciones bélicas por parte de la guerrilla se han concentrado mayoritariamente entre Arauca, el Catatumbo, el bajo Cauca antioqueño, y a lo largo de la costa pacífica principalmente caucana y chocoana.

ELN acciones
Fundación Ideas para la Paz (FIP). ¿Qué hacer con el ELN? Pág. 15.

En un contexto más urbano, resaltan los atentados perpetrados contra instalaciones de Policía en las inmediaciones de la ciudad de Barranquilla a comienzos del 2018 y en la ciudad de Bogotá hace apenas un año. Estos ataques causaron indignación nacional ya que acabaron con la vida de 6 y 22 uniformados respectivamente.

3) Por supuesto, esta no será la primera vez que la guerrilla de origen camilista perpetúe jornadas de paro armado. Las más recientes se presentaron en febrero y septiembre del 2016 cuando las conversaciones de paz con el Gobierno se veían embolatadas. Igualmente, tras culminar el cese al fuego bilateral de tres meses la guerrilla decretó otro paro armado nacional en febrero de 2018.

Salvo por la similitud en los periodos de tiempo de la amenaza (72 horas) las jornadas tuvieron matices y repercusiones distintas.  Según datos provistos por el Ministerio de Defensa, el de febrero de 2016, dejó un saldo de 3 uniformados de la policía asesinados y 35 acciones violentas que se dividieron entre Arauca, Casanare, Chocó, Antioquia, Norte de Santander, Cesar, Cauca, Nariño y Valle del Cauca.

En el caso del paro armado de septiembre de ese mismo año, los panfletos amenazantes señalaron a seis departamentos como objetivo (Boyacá, Arauca, Casanare, Vichada, Santander y Norte de Santander), sin embargo, solo se presentaron algunas acciones muy concretas en Arauca y Casanare (5 vehículos incinerados).

Finalmente, la jornada del 2018 no dejó ningún civil muerto y herido, pero sí 16 acciones violentas y tres enfrentamientos con la Fuerza Pública, según señaló el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC). Cinco acciones se perpetraron en Arauca, cuatro en Cesar, tres en Antioquia, dos en Norte de Santander, una en Cauca y otra más en Nariño.

¿Qué esperar del ELN en esta jornada?

Teniendo en cuenta lo anteriormente enumerado es posible determinar que:

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Algunas recomendaciones

Con respecto a las zonas urbanas: